Soy un vaquero

Soy un vaquero y eso se me nota,
por la forma en que muevo la soga.
Mi habilidad no es un engaño,
monto caballo desde hace años.

Yo grito "¡yija-yipi-ta-ye-yei!".
¡Yija-yipi-ta-yei!
Yo grito "¡yija-yipi-ta-ye-yei!",
que significa "eso no lo sé".

Yo grito "¡yija-yipi-ta-ye-yo!".
¡Yija-yipi-ta-yo!
¡Yija-yipi-ta-yo!
Vean, amigos, lo que hago yo.

Puedo subirla y girarla,
darle la vuelta y en el suelo ondearla.
Me encanta saltarla y también tronarla
y me toma un instante enredarla y colgarla.

Es un vaquero, no solo por el sombrero.
Alguien de la ciudad no luce así, es verdad.
Para ser un vaquero verdadero,
hay que mover la soga como yo la muevo.

Yo grito "¡yija-yipi-ta-ye-yei!".
¡Yija-yipi-ta-yei!

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