La montaña del dragón

A la montaña del dragón, del dragón , del dragón.
A la montaña del dragón ahora marchamos.
Marchar y marchar, no nos podemos ocultar
porque el dragón acechando está
en la cima de la montaña, en la cima de la montaña.

¿Piensas tú que el dragón causa miedo? —Claro que sí.
¿Piensas que el dragón tiene pelo? —No, ¿y tú?
¿Piensas que a él le gustan los juegos? —Eso espero.
¿Y que por la boca lanza fuego? —¡Ay, qué miedo!

A la montaña del dragón, del dragón , del dragón.
A la montaña del dragón ahora marchamos.
Marchar y marchar, no nos podemos ocultar
porque el dragón acechando está
en la cima de la montaña, en la cima de la montaña.

¿Tú crees que le dé gusto al vernos? —Sería correcto.
¿O que tal vez él quiera comernos? —¡Qué horrendo!
Tal vez no quepamos en su panza. —Ni que decir.
Oí decir que los duendes le encantan. —Me voy de aquí.

A la montaña del dragón, del dragón , del dragón.
A la montaña del dragón ahora marchamos.
Marchar y marchar, no nos podemos ocultar
porque el dragón acechando está
en la cima de la montaña, en la cima de la montaña,
en la cima de la montaña, en la cima de la montaña,
en la cima de la montaña, en la cima de la montaña.

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