Tuídili-di, tuídili-du.
Soy el Hada Voladora, ¿y quién eres tú?
Tuídili-du, tuídili-di.
Lo que encuentro en este bosque es para mí.
No me canso de decir:
Soy el Hada Voladora, tuídili-tuídili-di.
Pues ese huevo pertenece al rey.
En sus dos patas, por el bosque yo lo vi correr.
Te ordeno lo devuelvas, tengo mis razones.
Eso ni pensarlo, no te emociones.
¿Y si digo "por favor" y de rodillas te lo pido?
Pues con mi varita mágica, te haré un hechizo.
Tuídili-di, tuídili-da.
Soy un hada pequeñita y poderosa de verdad.
Tuídili-da, tuídili-di.
Este huevo yo no lo comparto,
pues solo es para mí.
Me hace sonreír y tuídili-tuídili-di.
¿Y si te digo que no pensamos irnos?
Con la lluvia yo pienso que estarán más divertidos.
¿Y si yo robo el huevo cuando estés dormida?
Es mucho más difícil si estás con los pies arriba.
El huevo debes entregar. —No lo haré.
Lo vamos a recapturar. —No, señor.
Y si no pueden entender,
moveré mi varita y los desapareceré.
Tuídili-di, tuídili-da.
Una grandiosa huida debo realizar.
Tuídili-da, tuídili-di.
No hay que bromear con el hada voladora,
pues no pueden competir.
Así que tuídili-di, tuídili-tuídili-di.
Tuídili-di, tuídili-di, tuídili-di.
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